viernes, 26 de enero de 2007

ORANGUTANES VS REPORTEROS



La Jornada de Oriente viernes 26 de enero de 2007


Los guaruras de Roberto Marín Torres le fracturan la nariz a un periodista


Martín Hernández Alcántara

El periodista Mario Martell fue golpeado ayer por guaruras de Roberto Marín Torres, hermano del gobernador de Puebla, Mario Marín Torres. Los hechos sucedieron cuando el cronista del diario Intolerancia y otro colega intentaban entrevistar al familiar del titular del Poder Ejecutivo, pero su equipo de seguridad se los impidió violentamente.


Según información recabada al cierre de la presente edición, de la golpiza propinada por los guardaespaldas Martell resultó con la nariz fracturada. Otro reportero, Héctor Hugo Cruz, del periódico Cambio, también fue maltratado por los guaruras.


Los hechos sucedieron al final de un acto del Partido Revolucionario Institucional en el que se iba a conocer la propuesta de Javier Oliva. Martell y Cruz quisieron entrevistar a Roberto Marín, pero sus guaruras les cerraron el paso. Hubo una discusión y los empleados de seguridad arremetieron contra los periodistas, el más lastimado fue Martell.


Mientras los guardaespaldas agredían a los informadores, Roberto Marín se alejó del sitio. Luego regresó. Martell le reclamó por la golpiza, pero el hermano del gobernador le respondió: “Yo no vi nada”.


Al parecer, el presidente del Comité Directivo Estatal del PRI, Valentín Meneses Rojas, arribó poco después al lugar de los hechos y se llevó a Martell al hospital de la Universidad Popular Autónoma del Estado de Puebla (UPAEP).


En el gremio de informadores de Puebla hay una percepción generalizada de que el gobernador y algunos de sus colaboradores y familiares los han maltratado, sobre todo porque en los primeros meses de la crisis que protagoniza Mario Marín Torres por su participación en la conjura contra la periodista Lydia Cacho, el mandatario echó mano de un fuerte equipo de seguridad que impedía que reporteros y fotoperiodistas se le acercaran.


En los hechos de ayer también llamó la atención la presencia de guaruras, pues hasta hace poco todos los actos del PRI carecían de cuerpos de seguridad privada y casi cualquier militante podía acercarse a los dirigentes y líderes de ese instituto político.


Al cierre de la edición no había una reacción del Partido Revolucionario Institucional sobre la agresión sufrida por el periodista Mario Martell.

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