viernes, 23 de marzo de 2007

POR HERNÁNDEZ


CREÁNLO O NO, LOS GRINGOS YA ESTÁN ACÁ




La Jornada, 23 de marzo de 2007

Injerencia abierta, complicidad manifiesta
Gilberto López y Rivas

A través de una carta publicada en este mismo diario, el grupo Paz con Democracia emplazó recientemente al procurador general de la República, Eduardo Medina Mora, a que responda en torno a la investigación realizada por nuestro colega periodista, Luis Guillermo Hernández, en el sentido de que Estados Unidos contrató, con acuerdo con la PGR, a una empresa, Verint Technology Inc., para intervenir todos los sistemas de comunicación en nuestro país, según el contrato 5-INLEC-07-M-0002, por un monto de 2 millones 963 mil 438 dólares.

El anuncio del contrato que ganó la licitación fue publicado el 23 de febrero pasado en el sitio web de la administración pública estadunidense. De acuerdo con el articulista, la empresa en cuestión estaría en posibilidades de "captar" todas las comunicaciones privadas (correos, chat y mensajes electrónicos, faxes, llamadas telefónicas de aparatos fijos, celulares y redes internas) con el pretexto de combatir "el crimen organizado y el terrorismo".

En cualquier país realmente democrático y soberano esta información hubiera generado una airada reacción de los órganos legislativos, la protesta de los principales partidos y dirigentes de la oposición, y la exigencia de una inmediata investigación para verificar la autenticidad de la imputación. Igualmente, el procurador general debiera haber contestado de manera inmediata la petición de ciudadanos, quienes en uso de sus derechos constitucionales exigen de las autoridades información veraz y oportuna sobre un asunto de suma gravedad que afecta las garantías individuales y la soberanía nacional. Por lo que se observa, Medina Mora es del tipo de funcionarios que desacatan la ley y hacen de la prepotencia su protección ante el reclamo público.

En el México en que impera la imposición de un presidente espurio, el desgaste y descrédito total de las instituciones, procedimientos y formas de la democracia representativa, y la utilización de los aparatos militar, policiaco y judicial para contener y reprimir la protesta social y ciudadana, esta irrupción en la privacidad de las comunicaciones a manos de otro país, con la complicidad y anuencia de las más altas jurisdicciones, no merece explicación alguna y, seguramente, se impondrá como otra de las medidas ilegales y de fuerza del gobierno de facto que encabeza Felipe Calderón.

La abierta injerencia de las agencias de inteligencia de Estados Unidos en México, con la aprobación tácita del gobierno, demuestra también que Felipe Calderón, al igual que Vicente Fox, representan las posiciones de colaboracionismo y obsecuencia con los intereses y estrategias imperialistas en América Latina. Más allá de la reciente palabrería en política internacional con afanes propagandísticos de Felipe Calderón, el espíritu de Santa Anna se ha instalado en Los Pinos.

La Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte (ASPAN) constituye la carta de capitulación de los gobiernos de México y Canadá frente a su contraparte estadunidense, al incorporar a los dos países, sin consulta de sus pueblos, a la política belicista y de terrorismo de Estado que George W. Bush impuso al mundo a partir de los atentados del 11 de septiembre de 2001. Aquí asistimos a la creación de una entelequia política, "América del Norte", que sólo beneficia a Estados Unidos y a sus intereses imperialistas. A lo largo de su historia, México sólo ha encontrado guerras de conquista, expansión territorial, invasiones de filibusteros y todo tipo de agresiones de ese "norte cruel y brutal que nos desprecia", como diría José Martí. México, por su identidad nacional, su historia y su vocación antimperialista, representada por Benito Juárez, no tiene cabida ni geográfica ni políticamente en "América del Norte".

Luis Guillermo Hernández va más allá en su reportaje, ubicando en la añeja colonia Guerrero del Distrito Federal, sede donde la Verint Technology trabaja, junto con una enigmática Subsecretaría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada. Todo fuera que se dedicaran a vigilar las comunicaciones de las activas redes del narcotráfico, el contrabando de armas, la prostitución y la pederastia -entre la amplia gama de actividades del crimen organizado-, pero tanto en los documentos de la ASPAN como en la información recabada por Hernández, la lucha contra "el terrorismo" juega el papel principal en los esfuerzos de las agencias de inteligencia canadiense-estadunidense-mexicanas y constituye la esencia misma de la llamada "seguridad hemisférica".

El problema es: ¿qué se entiende por "terrorismo" y quiénes son los "terroristas", según esas agencias y gobiernos? ¿Quién o quiénes deciden qué particulares, organizaciones u organismos deben ser vigilados bajo estas categorías? ¿Qué marco legal permite o no estas interferencias? ¿Quién clasifica la información y bajo qué criterios? ¿Qué organismo local o extranjero interpreta los datos obtenidos? ¿Es legal que un gobierno extranjero contrate una compañía también foránea para intervenir las comunicaciones de nacionales? ¿Qué opinan al respecto los defensores de derechos humanos, los integrantes del Congreso de la Unión, los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, quienes sin duda también serán intervenidos en sus comunicaciones, en razón de la "seguridad nacional" y "la lucha contra el terrorismo"?

La experiencia de estas políticas dentro de Estados Unidos la han padecido millones de ciudadanos que han sido considerados "sospechosos", la de miles de profesores universitarios incorporados a listas negras y el incremento de la ya exacerbada cultura de la delación y el macartismo. ¿Es lo que queremos para nuestro país? Responda, señor procurador.

COMO SIEMPRE EL MAESTRO TIRA UNA NETAS AL PRIAN


Reforma, 23 de marzo de 2007

Una alianza temible
Rafael Segovia

El Partido de Acción Nacional y el Revolucionario Institucional han encontrado pero no manifestado una alianza non sancta. Es un tipo de acuerdo que no se debe dar a conocer pues tiene algo vergonzoso: carece de los principios elementales donde se finca la amistad.

En México, donde todos los políticos nos aseguran que cuanto hacen va guiado por el amor a la patria, el bienestar de las mayorías y el sacrificio de los intereses particulares, cuesta trabajo explicar por qué esos dos partidos a los que nada une, de pronto están compartiendo una simpatía sospechosa y escondida, algo así como un amor adulterino.

El PRI siente la cercanía de una posible catástrofe electoral, la cual estaría aprobada por la cercanía política al PAN, partido desacreditado a una velocidad vertiginosa: le han bastado algo más de seis años de gobierno para que la población del país advierta su incompetencia, sus indecisiones y la ausencia de valor y de la seguridad indispensable para gobernar.

Pero el problema no es del PAN, que tiene bastante con sus conflictos internos, con sus rupturas ideológicas y sus deseos colonizadores; el problema más grave es del PRI y sólo de manera secundaria, como consecuencia de un fracaso del PRI, aparecerían las situaciones que se antojan imposibles de superar para el PAN.

Una derrota electoral del PRI en la elección de renovación de la Cámara de Diputados implicaría la liquidación definitiva de este partido, la desbandada de los restos de sus cuadros y militantes y el planteamiento de un nuevo escenario en la política nacional. Gamboa Patrón se vería en el trance de ser eliminado del panorama junto con el valedor del Presidente, Jorge Alcocer. Eso si antes no se los sacude Beatriz Paredes.

La política del señor Calderón Hinojosa pende de un hilo, porque si su inmovilismo está cantado, encontrarse con una Cámara de Diputados sin una mayoría posible, confirmaría la incapacidad de gobernar del partido aparentemente en el poder. Enfrentado ya sea con una coalición de partidos minúsculos o con un PRD llevado a la Cámara por un voto popular que no se olvida de cuanto ocurrió el 2 de julio, supondría una derrota doble del Presidente y en este caso no habría un IFE que lo sacara adelante.

Las Cámaras no saben cómo resolver el problema del ISSSTE; menos aún lo sabe el Presidente. Quienes han sido socios de esta institución saben que han pagado sus cuotas desde su fundación. De haberse capitalizado este dinero, el gobierno no estaría en los agobios actuales. Se lo gastó no sabemos en qué; el caso ahora es que no puede hacer frente a los compromisos que le dejaron los gobiernos del PRI, como es conocido, pero si el señor Calderón ha estudiado algo de teoría del Estado y su valido no es completamente analfabeto sabrá que sea del signo que sea un gobierno debe aceptar y cumplir los compromisos anteriores, a menos de portarse como la Unión Soviética que desconoció todo lo firmado por los gobiernos zaristas.

Su discurso sobre la refundación del ISSSTE es de una vacuidad aterradora. Su llamado a diputados y senadores es un intento de cubrir una estafa típicamente empresarial. Si la alianza PAN y PRI funciona el costo habrán de aceptarlo de ahora en adelante y seguramente será superior a lo que le cueste a Creel reponer su terno.

Tener y defender ideas claras está bien. Lo malo se presenta cuando se presentan como propias sin serlo. Condenar con términos melosos la aprobación del aborto en las primeras semanas de gestación es una operación jesuítica escondida tras un generoso principio político: mantener la unidad social, hecha pedazos desde el 2 de julio. Habla como si estuviera ante un país unido, convencido de los principios políticos del gobierno, de un gobierno democrático, llegado al poder de manera clara, ante el entusiasmo de los votantes.

Aceptemos que ganó la elección. Es una pócima difícil de tragar, pero ahí están los diputados del PRI dispuestos a bebérsela a litros. No habiendo convencido, vive escondido tras las fuerzas de seguridad que prohíben circular a pie por el Zócalo cuando él habla en Palacio Nacional, antes de irse a comer con los señores del Consejo Coordinador Empresarial.

Pide ahora ¿a quién? que se vote una ley sobre el aborto que no moleste a nadie, ni a su amigo Serrano Limón, el vendedor de tangas, modelo de estafador del Estado, perdonado por la judicatura. Ante un problema terrible -el número de abortos que se lleva a cabo en condiciones infames- no es para el Presidente el caso en cuestión, el caso es no ofender a la moral jesuítica o legionaria de Cristo, así la mayoría de la población esté a favor de la ley propuesta.

La desvergüenza de los insultos del impresentable Serrano Limón supera con mucho a la prudencia de los representantes populares y a los representantes ¿lo son? de la Iglesia, sus amenazas, sus vociferaciones y sus presuntas manifestaciones.

El Presidente sabe mejor que nadie quién dividió y sigue dividiendo al país, quién quiere imponer una serie de medidas impopulares, con el pretexto de ser indispensables. Sabe que la reforma indispensable es hacendaria, económica, redistributiva, lo que prometió siendo candidato, un candidato con el agua al cuello.

Desde su escondite de Los Pinos puede estudiar con detenimiento cómo los empresarios colombianos subvencionaron a los grupos armados de la derecha. No estamos lejos de ese modelo. No se conoce una sola medida del Ejecutivo para cumplir cualquiera de sus ofertas. Sus aliados del tipo Elba Esther no pueden ayudarla a cumplir nada. De ahí su deseo de agradar a la presidente Bachelet, mientras piensa en que se le pega algo de la legitimidad que rebosa de la chilena.