jueves, 12 de abril de 2007

DE LA PLUMA FILOSA DEL MAESTRO



Excelsior, jueves 12 de abril de 2007


Polarización creciente
Por: Humberto Musacchio


No es un dato menor que Serrano Limón, Míster Tanga, quien ya había sido defenestrado por las autoridades eclesiásticas, emerja de nuevo como el más alto representante de las fuerzas religiosas


Es probable que no se haya dado cuenta el gobierno federal, pero el país ha entrado en un notorio y peligroso proceso de polarización. Hay causas añejas, mas las determinantes surgieron en el último año, primero con la guerra sucia desatada por la derecha durante la campaña electoral, luego con el cochinero y la turbia actuación del IFE y el Trife durante los comicios y después con el intento del PRD de impedir la toma de posesión del que fue candidato del PAN, por considerarlo beneficiario de un fraude.


Lejos de buscar la conciliación, el gobierno federal se ha comportado como si la elección hubiera sido impoluta y contara con suficiente legitimidad. No sólo eso, en algunos casos ha llegado a la provocación abierta, por ejemplo, al asignar a las Fuerzas Armadas para su publicidad los colores marianos y panistas, el blanco y el azul, lo que es lanzar un escupitajo sobre la tradición de laicismo que se impuso en el ámbito militar desde las guerras de Reforma.


Por supuesto, algún gacetillero del gobierno puede alegar que la asignación de colores a las diversas dependencias es meramente casual, pero no es cierto. Tan no lo es, que recientemente intervino una guardia militar en una reunión del grupo Provida a la que asistieron dignatarios eclesiásticos, entre otros un representante del Vaticano que hizo declaraciones sobre política interior mexicana, lo que está expresamente prohibido por la Constitución. Desde luego, ante la grosera intervención del enviado papal, la Secretaría de Gobernación guardó un ominoso silencio.


A falta de apoyo popular y en medio de una violencia criminal sin precedente, como una muestra de su desconfianza en los cuerpos policiacos, el Ejecutivo decidió echar mano del Ejército. La actuación militar ha contado con gran despliegue mediático, pero con nulos resultados. En cambio, ha originado un conflicto que tiende a crecer, pues a nadie escapa la intervención de la Secretaría de la Defensa Nacional en el muy lamentable caso de doña Ernestina Ascencio o Ascensión Rosario, la indígena de la sierra de Zongolica presuntamente violada por militares.


En medio de públicas contradicciones de los hombres de verde, el ocupante de Los Pinos, en el papel de médico y fiscal, tuvo estómago para declarar que la muerte de doña Ernestina había sido por un problema del sistema digestivo. Lo hizo cuando los estudios forenses estaban en curso, lo que, junto a su clarividencia, muestra también la gana de proteger a quienes se señala, no todavía como culpables, pero sí sospechosos del crimen.


En este punto cabe destacar que los organismos defensores de los derechos humanos, tanto los de México como los del resto del mundo, con la muy notable excepción de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH), suponen que hay la pretensión federal de encubrir a los responsables. El presidente de la CNDH, quien abandonó su función de defensor de ciudadanos para poner bajo su protección al Estado, está sumido en el descrédito y el ridículo y se sospecha que su indigna actuación busca el apoyo presidencial para la próxima sucesión de rector en la UNAM.


Otro aporte calderoniano a la división entre los mexicanos fue la condena a la despenalización del aborto. La declaración fue prematura e imprudente. Cabía mostrar paciencia y esperar el curso del debate parlamentario en la Asamblea Legislativa, pero se prefirió atacar desde el principio y la derecha más salvaje entendió el mensaje como un apoyo a su campaña de odio, lo que envalentonó al líder de los conservadores, Jorgito Serrano Limón, quien advirtió que habrá sangre. En el mismo tenor se están manifestando varios miembros del episcopado, quienes, ante el disimulo de la Secretaría de Gobernación, amagan con el enfrentamiento y la violencia, pues pretenden ignorar que el aborto es un problema de salud pública y urge evitar la muerte o lesiones graves de miles de mujeres que se ven obligadas por las circunstancias a recurrir a esta práctica.


No es un dato menor que Serrano Limón, Míster Tanga, quien ya había sido defenestrado por las autoridades eclesiásticas, emerja de nuevo como el más alto representante de las fuerzas religiosas. Con la reaparición de ese personaje salen ganando los partidarios de la despenalización del aborto, pues la actuación grotesca de ese fanático, lejos de ganar adeptos suscita risa, desprecio.


Los fantasmas del oscurantismo están ensoberbecidos y van de una a otra provocación, amenazan de muerte a los asambleístas que voten por la despenalización o le confeccionan a la "miss México" un traje que hace referencia a la guerra cristera. Esa no tan "íntima nostalgia reaccionaria" que dijera López Velarde está presente en este momento de la vida nacional. Resta esperar que el inquilino del viejo rancho de La Hormiga sea más cauto. Bastantes problemas tiene con el asesinato de periodistas, la irritación de los empleados públicos por la nueva Ley del ISSSTE, el ahondamiento de las diferencias sociales y el desgarriate que azota al país por la falta de gobierno. ¿Quiere más?

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