lunes, 19 de mayo de 2008

¡QUE "PODEROSO" VERDAD!


Milenio Diario, México. Lunes 19 de mayo de 2008.
Qué imbecilidad de fraseo hubo en Los Pinos justamente hace una semana…

Durante una conferencia de prensa, Felipe Calderón golpeó el atril ubicado frente a él y advirtió que su “¡Ya basta!” contra el narco es una exigencia para “todos”. Ese absolutismo —detalló— incluye a los medios de comunicación: con tintes goebbelianos requirió que éstos divulguen las acciones gubernamentales contra la delincuencia en vez de “compartir con los criminales la estrategia de sembrar terror”.

No, Commander in Chief: los medios, al menos este donde trabajo como reportero y columnista, no compartimos la estrategia de terror de los narcos. Nosotros simplemente hacemos nuestro trabajo: informamos sobre los hechos que, cotidianamente, dan forma a ese terrorismo. Punto. De la misma forma, reportamos lo que hace el gobierno federal. Punto. La jerarquía de cada una de esas informaciones depende de su relevancia. Nada más, nada menos. No nos va a marcar Los Pinos la línea editorial para imponernos qué publicar y qué no imprimir. ¿O sí va pretender tal cosa, como en los peores tiempos del priato? Eso de ocultar o minimizar informaciones se llama censura. Tal cual. Y de eso, aquí, nada. Eso, lo de la censura de Estado cuando hay guerra, ocurre en países facistoides, como Estados Unidos. No acá, ¿eh?

Calderón apuntó con uno de sus índices a los reporteros y apremió a los medios para que se unan a su “estrategia nacional contra la delincuencia, porque son sus propios compañeros los que están acallados” a causa de la guerra contra el narco. Efectivamente, Master and Commander: muchos compañeros reporteros, principalmente en el norte del país, no sólo tienen que abstenerse cotidianamente de publicar información sobre el narco ante las amenazas que reciben, sino que han sido acallados… a balazos. Si bien recuerdo, México ya es el país con más periodistas muertos y desaparecidos en este continente, el segundo en el mundo.

Sí, Su Señoría: en esta guerra caen policías y militares honestos, pero también son ejecutados periodistas que cada día intentan conseguir información para poder publicar una nota, una crónica, un reportaje, una foto. No somos héroes. Simplemente hacemos nuestro trabajo.

Por eso, Comandante en Jefe-Presidente-Jefe de Estado, no nos joda con tales estulticias. Por un momento parecía que el lunes pasado el cardenal Norberto Rivera le hubiera redactado su discurso, inspirado en aquella bonita ocasión en la cual el hijo de Dios nos llamó a los periodistas prostitutas… por investigar curas pederastas.

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