La imagen corresponde al diputado electo Carlos Barragán, explotador de niños.
Reforma, lunes 31 de diciembre de 2007
El cafecito del diputado
Roberto Zamarripa
Jesús Alberto Campos Hernández tiene seis años de edad. Está de vacaciones. Bueno, eso es un decir. Sus supuestas temporadas de recreo las pasa en una finca cafetalera en la Sierra Norte de Puebla donde corta grano de café para acumularlo en una cubeta que, cuando está repleta, pesa tres kilos. Con una cubeta rebosante de granos, Jesús Alberto gana cinco pesos. En 10 horas de labor puede llenar hasta 10 cubetas. El pago se lo dan a su papá, quien al final decide cómo repartirlo.
Jesús no conoce a su patrón o al dueño de la finca, aunque si quisiera conocerlo podría encontrarlo en el Congreso de Puebla a partir del 15 de enero. Se llama Carlos Barragán, ex alcalde del paupérrimo municipio de la Sierra Norte de Puebla, Xicotepec de Juárez. Apenas en noviembre, Barragán ganó la elección local que lo convirtió en diputado postulado por el PRI y el Partido Verde.
El niño Jesús Alberto, quien no llega ni al metro de estatura y va en primero de primaria, fue encontrado por el reportero Francisco Rivas durante una visita a las fincas cafetaleras de la Sierra Norte (Reforma, 28/12/07).
Rivas documentó las miserables condiciones de jornaleros en las fincas de Oro Verde, Santa Rosa, Los Mataderos, Las Águilas y la Finca Puebla. La mayoría son propiedades de los alemanes Neumann y de Martin Josephi. La finca Las Águilas es propiedad del priista Carlos Barragán.
El 16 de diciembre, 20 jornaleros poblanos y veracruzanos, varios de ellos niños, murieron al desbarrancarse un camión torton fletado por los dueños de las fincas y que transportaba amontonados a un centenar de trabajadores. Ese accidente recordó las condiciones en las que laboran los jornaleros del café.
Conforme el reporte de Rivas, en la Sierra Norte de Puebla la Finca Puebla de la empresa Neumann es conocida como "El reclusorio", dadas las condiciones de trabajo, mientras a la finca Oro Verde de Martin Josephi la llaman "el campo de concentración".
Carlos Barragán también fleta camiones para trasladar a los jornaleros. Como los dueños de otras fincas basa el corte del café en mano de obra barata a la que no le da prestación alguna y la mantiene como a principios del siglo pasado, en la lista de raya, de donde es descontado el uso de un petate cuando algún campesino se queda a dormir en el campo, el consumo de un plato de frijoles o el mismo transporte donde viajan amontonados.
La finca de Barragán está localizada a unos 10 kilómetros de La Ceiba, un poblado más cerca de Poza Rica, Veracruz, que de la capital poblana. Ahí ya no se distingue si el jornalero es veracruzano o es poblano. No se les pide ninguna prueba de identidad. Reciben un peso con 80 centavos por kilo recolectado y trabajan hasta 12 horas. En la finca de Barragán no hay dormitorios. Ahí cortan y se van. En la de los empresarios alemanes sí, pero son cuartos de seis por cuatro metros donde hay dos literas desvencijadas y unos petates. Si duermen se les descuentan 60 centavos y cada quincena se los borran de la lista de raya, según cuenta el reportaje de Francisco Rivas.
Tras el accidente del torton, la Secretaría del Trabajo de Puebla informó que inspeccionaría una de las fincas de los empresarios alemanes para saber las condiciones en las que laboran los jornaleros. Pero en su agenda no está revisar todos los campos de trabajo, menos el del diputado Barragán que ahora hasta fuero puede alegar para evitar ser castigado por la ilegalidad de contratar niños.
En la finca de Barragán se produce el café de la empresa conocida como Café Premier de Norteamérica (según dice la página de internet del propio político). Fue fundada en 1997 cuando Carlos tenía 24 años. Apenas el pasado 8 de diciembre cumplió 35. Cursó hasta la preparatoria y le ayudó desde adolescente a su papá Rigoberto en los negocios familiares. En el 2002, Barragán creó una empresa constructora llamada CARBASA que felizmente gana contratos de obra en el ayuntamiento de Xicotepec. En el 2005 fue electo alcalde de esa localidad, cargo al que renunció para lanzarse como candidato a diputado local.
Cuando el PRI presentó a sus candidatos a diputados en julio pasado, el presidente estatal tricolor, Valentín Meneses, dijo que esos aspirantes representaban al "nuevo PRI".
El "nuevo PRI" donde los gobernadores hacen tratos con pederastas y los diputados explotan a los niños.
Si la Suprema Corte coloca en la frente del gobernador de Puebla una estrella por su impecable comportamiento, por qué en la finca cafetalera de un diputado del tricolor no pueden explotar a niños jornaleros, pagándoles un peso por kilo de café recolectado, con jornadas de 12 horas sin descanso, trasladados en ataúdes rodantes a los campos y sus padres obligados a votar por el PRI el día de los comicios.
Total, los priistas poblanos dirán que son historias infantiles.
El cafecito del diputado
Roberto Zamarripa
Jesús Alberto Campos Hernández tiene seis años de edad. Está de vacaciones. Bueno, eso es un decir. Sus supuestas temporadas de recreo las pasa en una finca cafetalera en la Sierra Norte de Puebla donde corta grano de café para acumularlo en una cubeta que, cuando está repleta, pesa tres kilos. Con una cubeta rebosante de granos, Jesús Alberto gana cinco pesos. En 10 horas de labor puede llenar hasta 10 cubetas. El pago se lo dan a su papá, quien al final decide cómo repartirlo.
Jesús no conoce a su patrón o al dueño de la finca, aunque si quisiera conocerlo podría encontrarlo en el Congreso de Puebla a partir del 15 de enero. Se llama Carlos Barragán, ex alcalde del paupérrimo municipio de la Sierra Norte de Puebla, Xicotepec de Juárez. Apenas en noviembre, Barragán ganó la elección local que lo convirtió en diputado postulado por el PRI y el Partido Verde.
El niño Jesús Alberto, quien no llega ni al metro de estatura y va en primero de primaria, fue encontrado por el reportero Francisco Rivas durante una visita a las fincas cafetaleras de la Sierra Norte (Reforma, 28/12/07).
Rivas documentó las miserables condiciones de jornaleros en las fincas de Oro Verde, Santa Rosa, Los Mataderos, Las Águilas y la Finca Puebla. La mayoría son propiedades de los alemanes Neumann y de Martin Josephi. La finca Las Águilas es propiedad del priista Carlos Barragán.
El 16 de diciembre, 20 jornaleros poblanos y veracruzanos, varios de ellos niños, murieron al desbarrancarse un camión torton fletado por los dueños de las fincas y que transportaba amontonados a un centenar de trabajadores. Ese accidente recordó las condiciones en las que laboran los jornaleros del café.
Conforme el reporte de Rivas, en la Sierra Norte de Puebla la Finca Puebla de la empresa Neumann es conocida como "El reclusorio", dadas las condiciones de trabajo, mientras a la finca Oro Verde de Martin Josephi la llaman "el campo de concentración".
Carlos Barragán también fleta camiones para trasladar a los jornaleros. Como los dueños de otras fincas basa el corte del café en mano de obra barata a la que no le da prestación alguna y la mantiene como a principios del siglo pasado, en la lista de raya, de donde es descontado el uso de un petate cuando algún campesino se queda a dormir en el campo, el consumo de un plato de frijoles o el mismo transporte donde viajan amontonados.
La finca de Barragán está localizada a unos 10 kilómetros de La Ceiba, un poblado más cerca de Poza Rica, Veracruz, que de la capital poblana. Ahí ya no se distingue si el jornalero es veracruzano o es poblano. No se les pide ninguna prueba de identidad. Reciben un peso con 80 centavos por kilo recolectado y trabajan hasta 12 horas. En la finca de Barragán no hay dormitorios. Ahí cortan y se van. En la de los empresarios alemanes sí, pero son cuartos de seis por cuatro metros donde hay dos literas desvencijadas y unos petates. Si duermen se les descuentan 60 centavos y cada quincena se los borran de la lista de raya, según cuenta el reportaje de Francisco Rivas.
Tras el accidente del torton, la Secretaría del Trabajo de Puebla informó que inspeccionaría una de las fincas de los empresarios alemanes para saber las condiciones en las que laboran los jornaleros. Pero en su agenda no está revisar todos los campos de trabajo, menos el del diputado Barragán que ahora hasta fuero puede alegar para evitar ser castigado por la ilegalidad de contratar niños.
En la finca de Barragán se produce el café de la empresa conocida como Café Premier de Norteamérica (según dice la página de internet del propio político). Fue fundada en 1997 cuando Carlos tenía 24 años. Apenas el pasado 8 de diciembre cumplió 35. Cursó hasta la preparatoria y le ayudó desde adolescente a su papá Rigoberto en los negocios familiares. En el 2002, Barragán creó una empresa constructora llamada CARBASA que felizmente gana contratos de obra en el ayuntamiento de Xicotepec. En el 2005 fue electo alcalde de esa localidad, cargo al que renunció para lanzarse como candidato a diputado local.
Cuando el PRI presentó a sus candidatos a diputados en julio pasado, el presidente estatal tricolor, Valentín Meneses, dijo que esos aspirantes representaban al "nuevo PRI".
El "nuevo PRI" donde los gobernadores hacen tratos con pederastas y los diputados explotan a los niños.
Si la Suprema Corte coloca en la frente del gobernador de Puebla una estrella por su impecable comportamiento, por qué en la finca cafetalera de un diputado del tricolor no pueden explotar a niños jornaleros, pagándoles un peso por kilo de café recolectado, con jornadas de 12 horas sin descanso, trasladados en ataúdes rodantes a los campos y sus padres obligados a votar por el PRI el día de los comicios.
Total, los priistas poblanos dirán que son historias infantiles.
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