Publicado en La Jornada, lunes 19 de octubre de 2009
lunes, 19 de octubre de 2009
domingo, 20 de septiembre de 2009
domingo, 9 de agosto de 2009
EL CHUPACABRAS AL ACECHO
9 de agosto de 2009
Opinión Análisis
Bienvenido, Carlos Salinas
ÁLVARO DELGADO
MÉXICO, D.F., 3 de agosto (apro).- Entre impotentes y resignados, los propios panistas asumen que, en menos de tres años, el gobierno de Felipe Calderón está exhausto, rendido, agonizante y aceptan que, después de la catástrofe electoral del 5 de julio, la capitulación menos costosa es ante el Partido Revolucionario Institucional (PRI), porque lo contrario implica una ignominiosa caída en medio de un país que él ha destazado.
Por eso reaparece, exultante, Carlos Salinas. Para asumir el control. No sólo del PRI, que ya lo tiene, pese a los pataleos de Beatriz Paredes. También la conducción real del PAN.
Salinas es ya el administrador del poder en México. Y el gran elector en ambos partidos: En el PRI, Enrique Peña Nieto, al que ya se le cree escriturada la Presidencia de la República, y cualquiera en el PAN, que al fin será sólo comparsa: Juan Manuel Oliva, Ernesto Cordero o, como se perfila, Alonso Lujambio Irazábal, un "peñanietito" cualquiera.
Las cosas, pues, se van acomodando.
Y por eso hay que darle la bienvenida a Carlos Salinas, quien públicamente se coloca como el jefe de jefes del entramado de intereses al que Calderón no sólo ya no es funcional, sino estorboso.
Después de aisladas apariciones, para ir dejando atrás el exilio al que lo obligó el repudio popular --que no ha amainado--, Salinas irrumpe para salvar el resto del sexenio de Calderón, que será "presidente" sólo formalmente y para efectos de desahogar, legalmente, la agenda legislativa que orquestará el nuevo gerente de las elites.
¿Qué agenda? Por supuesto una que no será en beneficio de la mayoría de los mexicanos, sino del grupo depredador que está instalado en el poder desde 1982 y del que Salinas ha sido, desde entonces, personaje central, particularmente después del fraude de 1988 y el cogobierno que estableció con el PAN para "legitimarse en el ejercicio del poder".
Por eso no hay que perder de vista los puntos comunes de las agendas del PRI y del PAN, particularmente la del segundo, en especial la que tiene que ver con el sector energético cuyo esquema privatizador fue, en general, vencido el año pasado, pero que en el siguiente o los siguientes periodos legislativos se pretende volver a impulsar para beneficiar a los magnates que encumbró el salinismo.
No hay que olvidar que las iniciativas presentadas por Calderón fueron, en realidad, elaboradas entre otros por despachos de consultoría de los salinistas Pedro Aspe y Rubén Valdés Abascal, quienes, en conjunto, cobraron a la Secretaría de Energía 3.5 millones de dólares, en agosto de 2007.
El secretario general del PAN, Rogelio Carbajal, declaró, apenas el viernes 31, que la apertura de la inversión privada en la refinación de petróleo forma parte de la agenda legislativa de ese partido, además de otras "reformas estructurales", como la laboral:
"Ese me parece que es uno de los temas pendientes en una segunda etapa de la reforma energética y el PAN pondrá el acento en aquellas reformas que le permitan a la economía ser más competitiva, atraer inversiones y generar empleos, que es uno de los temas principales, sin duda alguna, de la agenda legislativa de los diputados del PAN a partir del primero de septiembre."
La riqueza petrolera del país es la que ambiciona el grupo para el que trabaja Salinas y es en este terreno que habrá de librarse una de las batallas en la disputa por la nación que está en curso, como preámbulo a las elecciones presidenciales de 2012.
Por supuesto que la agenda de Salinas no se limita a seguir depredando los recursos de la nación, sino también a poner remedio a algo que tiene enfurecidas a las elites por la torpeza de Calderón: La carnicería entre las bandas del crimen organizado y los cuerpos policíacos, que ya toca también al Ejército. Y no porque a los magnates les interesen las violaciones a los derechos humanos que comete la tropa, a menudo contra la población más vulnerable, sino porque le minan sus ganancias las extorsiones y los secuestros.
Salinas ofrece administrar también, como lo hizo en su sexenio, el crimen organizado para que opere con acotamientos y sin causar matazones, secuestros, extorsiones y balaceras de manera indiscriminada, así como en el Estado de México de Peña Nieto. Al fin que, para él, política y crimen son sinónimos.
¿A quiénes identifica Salinas como obstáculos para ese afán desnacionalizador? Evidentemente no a los serviles priistas ni a sus cómplices del PAN, sino a quienes frenaron, en el terreno de las ideas, la primera intentona --el año pasado--, en el debate convocado por la Cámara de Senadores, y con la movilización popular.
¿Y por qué reaparece Salinas justamente en Oaxaca, cuyo gobierno de Ulises Ruiz no escatimó atenciones? La maniobra no puede ser más nítida: Fue a identificar a su oponente político real, de gira por los municipios gobernados por usos y costumbres: Andrés Manuel López Obrador.
Guste o no, esa es la real disputa...
Apuntes
La revista especializada en medios Etcétera publica en su edición de agosto cifras de escándalo sobre el despilfarro de Calderón en gastos de propaganda de su gobierno, particularmente en televisión y radio, muy al estilo de Peña Nieto: Por ejemplo, en dos años y tres meses, el gobierno federal gastó ocho mil 779 millones 548 mil 67.70 pesos en publicidad institucional. ¿Eso qué significa? Representa un incremento de ¡228.7%!, con respecto a la administración de Vicente Fox, caracterizada también por el culto a la imagen. En su reporte, firmado por Laura Islas, Etcétera confirma que prevalece la lógica facciosa en la asignación de publicidad gubernamental, peor que los priistas: Dinero a manos llenas a sus propagandistas y amanuenses, ni un centavo para los medios críticos como Proceso... Calderón, el individuo que engatusó a algunos mexicanos en 2006, informó hoy lunes que, en el mes de julio, se generaron 13 mil empleos. A lo que no da respuesta es a la pregunta de cuántos empleos se han pedido en los seis meses del año, pero aquí se lo informamos: Por lo menos 700 mil... No hay que olvidarlo: La ineptitud no viene de fuera...
sábado, 18 de julio de 2009
sábado, 30 de mayo de 2009
viernes, 10 de abril de 2009
PRIMERO COMO TRAGEDIA Y AHORA COMO FARSA
10 de abril de 2009
Opinión Análisis
Opinión Análisis
Guerra sucia en 2009
Jenaro Villamil
MEXICO, D.F., 7 de abril (apro).- Los mismos personajes y asesores que sembraron el odio en 2006 vuelven por sus fueros para articular una peculiar campaña de guerra sucia en la contienda federal de 2009.
El asesor español Antonio Solá -recién derrotado en El Salvador y con un pésimo expediente en Yucatán donde hizo perder al PAN--, junto con las recetas del estadunidense Dick Morris, han dejado su huella en las recientes embestidas del dirigente nacional del PAN, Germán Martínez, contra el PRI, partido al que las recientes encuestas ubican como el de mayor índice en las preferencias electorales.
La suspicacia que pretende curar el espanto sugiere que las recientes andanadas verbales de Beatriz Paredes, Manlio Fabio Beltrones, Jesús Murillo Karam y Francisco Labastida contra Germán Martínez, constituyen un simple "pleito arreglado" o un talk show como el que protagonizaron Paredes y Martínez en Espacio 2009, el programa "juvenil y estudiantil" de Televisa. De paso, le permitieron a la empresa de la dinastía Azcárraga demostrar quién llevará el pandero en materia de comunicación política este año.
Sin embargo, el talk show rebasa el set televisivo. Los desplegados con "sopas de letras" del PAN; las entrevistas de prensa tronantes de Beltrones, y la incursión de Germán Martínez como bloguero que un día sí y otro también nos recuerda la vertiente fascista de algunos dirigentes del PAN.
Hasta ahora, la andanada del PAN le ha salido barata. El Consejo General del IFE decidió multar con 465 mil pesos a este partido, un costo menor a lo que le cuesta al PAN pagar en cualquier diario de circulación nacional sus "sopas de letras". La Lotería Nacional pretendió desviar 6 millones de pesos de recursos públicos para promover al candidato campechano del PAN en medios locales.
Lo más sintomático fue que el propio presidente del IFE, Leonardo Valdés, afirmara que este tipo de tácticas no se trata de un acto anticipado de campaña. Como si hiciera llamados a misa, Valdés giró instrucciones al secretario Ejecutivo para que investigue si se cumplieron las medidas cautelares que ordenó el retiro de los desplegados.
Valdés acreditó así lo que Germán Martínez afirmó el pasado 3 de abril: "Esto no es un asunto electoral ni cuestión personal. La campaña, señores priistas, todavía no empieza. Vendrá después y ahí habrá ocasión para contrastar posturas, comparar resultados de gobierno y confrontar propuestas".
Esta es una de las características clásicas de la guerra sucia: la simulación. Quien tira la piedra, esconde la mano; quien califica a los demás de "peligro para México" afirma que se trata del ejercicio legítimo de la libertad de expresión y pone a circular el dinero de otros para financiar los mecanismos de propaganda, para borrar las huellas de la fiscalización electoral.
La otra característica esencial es el arrinconamiento. La guerra sucia no busca el debate ni contrastar propuestas. Plantea el clásico esquema maniqueo, propio de los fascismos: "estás conmigo o estás contra mí", y quien está en contra mía es criminalizado y es señalado no como adversario, sino como enemigo que merece la eliminación. No es un instrumento de democracia electoral, sino de totalitarismo ideológico.
En los hechos, lo que Germán Martínez, un sector del PAN y el gobierno de Felipe Calderón están demostrando, es su enorme desprecio a la reforma electoral de 2007 que ellos mismos promovieron para acabar con la guerra sucia, que llevó al país a la polarización extrema en 2006. En este sentido, se ponen en sintonía con las televisoras que están desafiando la misma reforma por haber suprimido legalmente el mercado de compra-venta de spots.
Y el IFE, cuyos consejeros añoran ganar más de 300 mil pesos mensuales, simplemente se sigue hundiendo en el descrédito. Ni siquiera de oficio han sancionado a la Lotería Nacional, cuyo director abiertamente pretendió sobornar al Diario de Yucatán para violar la ley electoral.
El problema ahora es más grave que en 2006 por una razón elemental: el calderonismo pretende sacarle ventaja electoral a lo que constituye el asunto más delicado de su gestión: la guerra sin futuro contra los cárteles de la droga. Ya eligió un enemigo -el PRI y sus presuntas complicidades con el narcotráfico--, pero está en la ruta de morderse no sólo la lengua, sino de generar una auténtica contraofensiva, no de los dirigentes priistas, sino de los mismos aliados del crimen organizado que se sentían "fuera de foco" en la campaña de 2009.
Guerra sucia con guerra contra el narcotráfico y crisis económica es el coctel más explosivo que pueden ensayar los aprendices de brujo del PAN. La respuesta del PRI -ya se vio con las recientes declaraciones del senador Manlio Fabio Beltrones-- se centrarán en algo que puede conducir a un camino sin retorno: recordarle al calderonismo su falta de legitimidad y que existen facturas que cuestan más de lo que valen.
No sólo es un talk show lo que hemos vivido en los últimos días. Se han abierto las compuertas para que los carteles operen en función del rédito electoral del gobierno y para que los ánimos belicosos que circundan Los Pinos se transformen en una guerra real y no en una simple sopa de letras.
Si eso no lo han entendido Solá, Martínez, Zavala y los otros asesores del partido gobernante, entonces quiere decir que no buscan gobernar, sino incendiar el país.
viernes, 6 de marzo de 2009
IDEÓLOGO DE LA DERECHA (DE CLÓSET)
1 de marzo de 2009
Krauze incita a los empresarios a rebelarse
Álvaro Cepeda Neri
El historiador Enrique Krauze (y sus acólitos del más antiguo conservadurismo a la extrema derecha contemporánea e intelectuales exquisitos prendidos a las ubres empresariales), a raíz de sus visitas (todo pagado) a Venezuela para analizar, a su manera, al populista Hugo Chávez, se ha vuelto más activo ideológicamente.
Álvaro Cepeda Neri
El historiador Enrique Krauze (y sus acólitos del más antiguo conservadurismo a la extrema derecha contemporánea e intelectuales exquisitos prendidos a las ubres empresariales), a raíz de sus visitas (todo pagado) a Venezuela para analizar, a su manera, al populista Hugo Chávez, se ha vuelto más activo ideológicamente.
Y con motivo de sus palenques para presentar su libro –compitiendo con Luis Pazos para ver quién publica más– ha radicalizado su ferocidad, presa de intolerancia política y dizque cultural, propietario que presume de creerse el clon de Paz y deux ex machina intolerante con las demás religiones por él practicadas, para tratar de exorcizar a quienes no comulguen con sus ruedas de molino.
Es fanático del absoluto libre mercado; de la libertad absoluta y fisiocrática; desfasado del “dejar hacer, dejar pasar” (Ronald L. Meek, La fisiocracia), porque ignora el rendimiento histórico desde cuando menos la Ilustración a nuestra modernidad (de Kant a Kelsen); y de que la conducta ha de normarse jurídicamente y si es más o menos democrática y republicana la convivencia de una sociedad abierta, entonces los fines de esos medios jurídicos lo son de carácter republicano-democrático en la dirección de Tocquevielle a Popper.
Krauze se ha caracterizado por su militancia (como prolífico copiador de biografías políticas, sobre todo). Es adversario del priismo y enemigo a muerte del perredismo. Derechoso, sus inclinaciones están por el panismo, quizá repudiando a los yunquistas con los que choca por instinto religioso (El instinto religioso de R.C. Zaehner, y de Salvador Frausto y Témoris Greco, El vocero de Dios). Pero Krauze es, ante todo, exitoso comerciante: libros, conferencias, notas periodísticas, e ideólogo. A su regreso de Venezuela, se fue a la capital de España para celebrar el mesianismo chavista y ser entrevistado (El País, 16 mayo de 2008).
Tiene Krauze a sus preferidos y sólo ellos tienen cabida en su capilla. Han de tener tendencias neoconservadoras, simpatizantes de la democracia “sin adjetivos”, neoliberales que religiosamente postulen el libre mercado con libertad absoluta (pasando por alto la siempre necesaria regulación del mercado antes y después de Adam Smith, y su “mano invisible” con artritis durante todo el lapso del capitalismo “desde hace cuatro milenios y, en particular, del capitalismo de aventureros y de rapiña”).
Krauze, empero, perdona con sus intereses ideológicos y apoya al neoliberalismo comercial y que los mercados sean totalmente libres, como buen darwinista social que es (R. H. Coase, La empresa, el mercado y la ley, y de Norberto Reich, Mercado y derecho). Por lo tanto quiere empresarios, banqueros, financieros, patrones y, en suma, a toda la elite del dinero, dedicados a la explotación de los trabajadores y mucho muy activos, pero sólo apoyando a las políticas conservadoras y derechistas (en su tiempo lo fueron nazis y fascistas), y para combatir al resto de las políticas y máxime si son populistas, izquierdistas como todas aquellas que huelan a pueblo.
Si esos empresarios no la emprenden también contra los del centro a la izquierda, entonces deben ser colgados. Son los empresarios “miopes” (citando para parecer imparcial a Lenin): “Son especialistas en mirar a corto plazo… son tan miopes que nos van a vender las sogas con las que vamos a colgarlos” (Reforma, 12 de diciembre de 2008). Se duele Krauze de la situación política venezolana, mientras pasa por alto la mexicana con los azules del foxismo y del calderonismo.
Obviamente que todos los ciudadanos han de interesarse, actuar en los actos políticos y permanecer alertas políticamente. Pero Krauze los convoca a intervenir desaforadamente: “…En México, seguimos dormidos… el nivel de las páginas editoriales en los diarios es penosamente bajo, salvo excepciones”. No da nombres, tira la piedra y esconde la mano derecha.
Dice este intelectual orgánico del conservadurismo que en Venezuela existe “una izquierda democrática y liberal moderna”. Allá, pues, presume de estar a la izquierda en simpatías. Aquí se alinea a la derecha, y se va como siempre, contra las universidades públicas mexicanas y alaba las venezolanas porque éstas tienen estudiantes de extrema derecha.
En el exquisito Club de Industriales (corbata, saco, camisa blanca, como exigencia para poder librar la admisión, o a la entrada rentan la indumentaria), Krauze “alertó” a los empresarios como él para que dejen a un lado la “antipolítica” (como ya lo hacen a través del duopolio televisivo, a pesar de las sanciones si incurren en financiar campañas electorales contra los de centro-izquierda).
Krauze quiere un castillo de la pureza para constituir partidos y empresarios a imagen y semejanza de su ideología. Siempre ha tenido ambición por el poder, aunque sea tras el trono. Todo su trabajo es sobre el poder (Hans Kelsen, Eros y Kratos o la ambición por el poder de Aristocles, alias Platón). Y lo único que extraña es no tener “huevos rancheros” con harto picante cuando se va al extranjero.
Admira a Lula da Silva, odia a Hugo Chávez, a López Obrador. Admira a Calderón. Eso sí, para todo invoca, metafóricamente y no, al picante del chile (chili o ají, le corrigieron en Chile). La alternativa es clara: empresarios más activos y más allá de la frontera de la “antipolítica” o colgados con las sogas que ellos mismos, como buenos capitalistas del mercado libre absoluto, vendan, como propone el señor Krauze.
jueves, 26 de febrero de 2009
DIGNOS APÓSTOLES DE LAS DEMOCRACIA
Excélsior, jueves 26 de febrero de 2009
Los consejeros del IFE ponen el ejemplo
Humberto Musacchio
Humberto Musacchio
¡Basta de lloriqueos! Es cierto que nos llueve sobre mojado, pero en ese caso hay que sacar paraguas e impermeables. De nada sirve omitir los datos que ofrece la realidad. La situación económica del país era lamentable, con 52% de la población ocupada en la economía informal, sin salario fijo, ni seguro social, fondo de retiro, Infonavit ni otras prestaciones, pero ahora que se nos vino encima la crisis internacional se muestran temerosos, como si no estuvieran acostumbrados.
Los buenos mexicanos no se doblegan ante la adversidad. No vamos a negar que hay problemas, que el peso se ha devaluado casi cincuenta por ciento en unas cuantas semanas, que la inflación se disparó en los bienes de primera necesidad, que ya son dos millones y cuarto los desempleados, que cayó a la mitad el ingreso de divisas petroleras y que nuestras exportaciones perdieron un tercio de su valor. Sí, ¿y qué? ¿Sólo por eso nos rendiremos?
Nadie debe arredrarse si ve que se cierran fábricas, que muchos miles de negocios han ido a la quiebra, que afloran los fraudes financieros y que aumenta notoriamente la cantidad de ladrones y limosneros, sin contar a los políticos. Estamos en crisis y de nada sirve negarlo, pero de eso a declararnos vencidos hay un océano de diferencia.
Cuando todo parece ir de mal a pésimo, es cuando más se requiere entereza. En vez de llorar porque no alcanza el gasto, las amas de casa han de celebrar que algo reciben todavía; el burócrata que adeuda el coche no debe preguntarse cómo pagará el abono mensual, sino cómo ponerle gasolina de la roja, la más cara, para que funcione mejor; el desempleado tampoco puede sentarse a lamentar su desgracia, sino que está obligado a aprovechar la crisis para hacer buenos negocios, como nuestros magnates.
Hoy la única actitud aceptable es el optimismo. Por supuesto, hay que ser conservadores, pero en el buen sentido de conservar nuestros lujos y el tren de gastos que caracteriza a una persona bien nacida, como han decidido hacerlo los señores consejeros del IFE, quienes lejos de dejarse abatir por la desgracia, han sacado fuerzas de flaqueza y hoy ponen a los mexicanos el ejemplo de cómo se responde ante la adversidad.
Estos próceres, movidos seguramente por el desinterés, han decidido decirle no a la tragedia nacional y mundial. Mientras algunos magos de las finanzas están en la cárcel o se han suicidado, los consejeros electorales han optado por rendir homenaje a la vida, a la buena vida, lo que requiere más valentía, pues no es fácil aumentarse el sueldo en medio de la miseria generalizada, sobre todo cuando millones de mexicanos piensan que el IFE no es más que un bote de basura electoral.
Pero evidentemente los señores consejeros tienen otro concepto de sí mismos. No se consideran simples empleados de los partidos, sino monumentos vivos al civismo y la democracia. De otra manera no se explicaría que decidan elevarse los sueldos en un ciento por ciento, pues su ingreso mensual pasa de 172 mil a 330 mil pesos, a lo que en este 2009 debe añadirse un bono de 60 días de sueldo por ser año electoral.
Si alguien cree que los señores consejeros están satisfechos con esa fortuna, sépanse que no. Que también recibirán una prima vacacional y otra quincenal, 40 días de aguinaldo, seguro de vida, seguro de retiro, un seguro de separación individualizado y seguramente gastos de representación, pues un funcionario público de tan alto nivel sólo baja de su pedestal para asistir a los restaurantes más caros, pedir de entrada el caviarcito y de plato fuerte la infaltable langosta, todo rociado con los mejores caldos —“cosecha del 72, que salió muy buena”, se les oye decir a otros comensales, pues hay que presumir de refinamiento, aunque por ridículos y ostentosos parezcan nuevos ricos, burócratas arribistas, politicastros rastacueros—.
Desde luego, tan dignísimos árbitros de la voluntad popular no pueden ir al ISSSTE a codearse con la pelusa, hacer colas y recibir malos tratos de personal mal pagado. ¡Faltaba más! Los señores consejeros del IFE disponen de un seguro médico privado, y no de los más baratos, porque el lema de tan distinguidos servidores públicos es servirse a sí mismos y que no se note la pobreza —la pobreza moral, se entiende—.
Por supuesto, los señores consejeros tienen una coartada… ¡Perdón! Tienen el respaldo de una disposición constitucional según la cual sus ingresos han de ser los mismos que perciben los ministros de la Suprema Corte de Justicia de la Nación.
Casos como estos son para tomarse en cuenta. Pues malo sería que tan valientes escuderos de la democracia, ni más ni menos que los garantes de la legalidad electoral, anduvieran por ahí dando lástimas, con las coderas del saco y los fondos del pantalón luidos, con la camisa percudida y grandes agujeros en la suela del zapato, molachos por falta de buen dentista y con el cuello lleno de jiotes por la desnutrición, como un mexicano cualquiera. Que la República no lo permita. ¡Carajo!
martes, 17 de febrero de 2009
SE ACERCA LA HORA DE LOS CUCHILLOS LARGOS PARA LAS TELEVISORAS
17 de febrero de 2009
Opinión Análisis
IFE: terroristas y cobardes
Álvaro Delgado
MÉXICO, DF, 16 de febrero (apro).- Por unas horas hubo la impresión de que los consejeros del Instituto Federal Electoral (IFE) honrarían su investidura, hasta por razones de pragmatismo, y sancionarían a Televisa y Televisión Azteca por las violaciones constitucionales y legales que cometieron, pero al final no hubo sorpresas: fueron congruentes con su origen y ratificaron su condición de empleados de las facciones de poder.
El caso del consejero Marco Antonio Baños es inequívoco: de ser tenaz promotor del castigo a las televisoras, desde el mismo día del desacato a la ley en la transmisión de promocionales --el sábado 31 de enero--, pasó a ser entusiasta animador del perdón y de la impunidad.
Baños --que será consejero hasta el 2016-- exhibió a plenitud, en la sesión del Consejo General del viernes pasado, la efigie de Manlio Fabio Beltrones que trae dibujado en su propio rostro y que, en sí mismo, representa un mensaje a la manera de la mafia:
El senador priista prueba a las televisoras --para fines futuristas-- el nivel de control de amplias parcelas del tinglado electoral.
Porque otorgar el indulto a las televisoras pudo haber sido propuesto por Marco Antonio Gómez Alcántar o Francisco Guerrero, dos consejeros de la facción priista, y el resultado hubiera sido exactamente el mismo, pero el mensaje no tendría la claridad buscada: Beltrones, no sólo Peña Nieto, se pone a las órdenes de Televisa y Televisión Azteca.
Obviamente Felipe Calderón hizo su parte: aleccionó al elenco de consejeros del que es cómplice, Arturo Sánchez Gutiérrez y Benito Nacif --a Macarita Elizondo no la necesitaron por ahora-- para hacer mayoría con la facción priista y consumar el "arreglo" operado por el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, como lo confesó él mismo, con toda impudicia.
Las conductas de PAN y PRI en la sesión sólo ratificaron el pacto cupular para pisotear la ley, pero ni siquiera tuvieron la gallardía de repetir los argumentos de los consejeros promotores de la impunidad. Ni Roberto Gil, embajador de Germán Martínez, ni Sebastián Lerdo de Tejada, representante de Beatriz Paredes, abrieron la boca.
Fue un silencio cobarde.
El Partido Verde tuvo más vergüenza: defendió, sin atenuantes, a las empresas televisoras y atacó a quienes los dirigentes de este partido identifican como "enemigos de los concesionarios", como en el caso del consejero Alfredo Figueroa.
Al Partido Social Demócrata (PSD) por ahora le conviene no defender a las televisoras y al Partido de la Revolución Democrática (PRD) le correspondió una tímida condena a la claudicación del IFE ante las televisoras, una conducta a la que se sumará si no lleva el caso ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Pero en este episodio no sólo son responsables los artífices de la impunidad, que ya han sido nombrados, sino también el consejero presidente, Leonardo Valdés, quien ni siquiera fue capaz, ya no de persuadir a la constitución de una mayoría a favor de la legalidad, sino de que el proyecto elaborado por la Secretaría Ejecutiva -cuyo personal lo elaboró de manera rigurosa-- fuera siquiera discutido y votado.
De esa manera, si tan seguros estaban de sus argumentos los consejeros que propusieron sobreseer el proyecto, eufemismo de impunidad, pudieron dejar claro ante la sociedad que el juicio iniciado contra las televisoras era jurídicamente insostenible.
En realidad, Televisa y Televisión Azteca amenazaron a consejeros de que "reventarían" la elección si el IFE osaba sancionarlos por violar la ley, y le advirtieron además a Calderón que no sólo no tendría cabida en los espacios noticiosos, sino que él y su gobierno desaparecerían de las pantallas.
Y ya se sabe: ¿qué es Calderón sin la imagen?
Televisa, la empresa de Emilio Azcárraga, y su similar Televisión Azteca, del confeso golpista Ricardo Salinas Pliego, actuaron como terroristas al amenazar con dinamitar los comicios, y los consejeros y políticos se asumieron como cobardes para enfrentar esa afrenta, que ya marcó este proceso electoral.
El resultado está más que claro: el IFE es ya parte de la añagaza democrática en la que el duopolio televisivo es amo y son súbditos los miembros de la decadente clase política.
Apuntes
Los ardorosos defensores de la legalidad y la democracia, como el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y la Coparmex, así como ideólogos de la talla de Enrique Krauze, seguramente harán un contundente pronunciamiento en defensa de la aplicación de la ley a las televisoras. Claro, si la lógica de los negocios no dispone otra cosa.
Opinión Análisis
IFE: terroristas y cobardes
Álvaro Delgado
MÉXICO, DF, 16 de febrero (apro).- Por unas horas hubo la impresión de que los consejeros del Instituto Federal Electoral (IFE) honrarían su investidura, hasta por razones de pragmatismo, y sancionarían a Televisa y Televisión Azteca por las violaciones constitucionales y legales que cometieron, pero al final no hubo sorpresas: fueron congruentes con su origen y ratificaron su condición de empleados de las facciones de poder.
El caso del consejero Marco Antonio Baños es inequívoco: de ser tenaz promotor del castigo a las televisoras, desde el mismo día del desacato a la ley en la transmisión de promocionales --el sábado 31 de enero--, pasó a ser entusiasta animador del perdón y de la impunidad.
Baños --que será consejero hasta el 2016-- exhibió a plenitud, en la sesión del Consejo General del viernes pasado, la efigie de Manlio Fabio Beltrones que trae dibujado en su propio rostro y que, en sí mismo, representa un mensaje a la manera de la mafia:
El senador priista prueba a las televisoras --para fines futuristas-- el nivel de control de amplias parcelas del tinglado electoral.
Porque otorgar el indulto a las televisoras pudo haber sido propuesto por Marco Antonio Gómez Alcántar o Francisco Guerrero, dos consejeros de la facción priista, y el resultado hubiera sido exactamente el mismo, pero el mensaje no tendría la claridad buscada: Beltrones, no sólo Peña Nieto, se pone a las órdenes de Televisa y Televisión Azteca.
Obviamente Felipe Calderón hizo su parte: aleccionó al elenco de consejeros del que es cómplice, Arturo Sánchez Gutiérrez y Benito Nacif --a Macarita Elizondo no la necesitaron por ahora-- para hacer mayoría con la facción priista y consumar el "arreglo" operado por el secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, como lo confesó él mismo, con toda impudicia.
Las conductas de PAN y PRI en la sesión sólo ratificaron el pacto cupular para pisotear la ley, pero ni siquiera tuvieron la gallardía de repetir los argumentos de los consejeros promotores de la impunidad. Ni Roberto Gil, embajador de Germán Martínez, ni Sebastián Lerdo de Tejada, representante de Beatriz Paredes, abrieron la boca.
Fue un silencio cobarde.
El Partido Verde tuvo más vergüenza: defendió, sin atenuantes, a las empresas televisoras y atacó a quienes los dirigentes de este partido identifican como "enemigos de los concesionarios", como en el caso del consejero Alfredo Figueroa.
Al Partido Social Demócrata (PSD) por ahora le conviene no defender a las televisoras y al Partido de la Revolución Democrática (PRD) le correspondió una tímida condena a la claudicación del IFE ante las televisoras, una conducta a la que se sumará si no lleva el caso ante el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación (TEPJF).
Pero en este episodio no sólo son responsables los artífices de la impunidad, que ya han sido nombrados, sino también el consejero presidente, Leonardo Valdés, quien ni siquiera fue capaz, ya no de persuadir a la constitución de una mayoría a favor de la legalidad, sino de que el proyecto elaborado por la Secretaría Ejecutiva -cuyo personal lo elaboró de manera rigurosa-- fuera siquiera discutido y votado.
De esa manera, si tan seguros estaban de sus argumentos los consejeros que propusieron sobreseer el proyecto, eufemismo de impunidad, pudieron dejar claro ante la sociedad que el juicio iniciado contra las televisoras era jurídicamente insostenible.
En realidad, Televisa y Televisión Azteca amenazaron a consejeros de que "reventarían" la elección si el IFE osaba sancionarlos por violar la ley, y le advirtieron además a Calderón que no sólo no tendría cabida en los espacios noticiosos, sino que él y su gobierno desaparecerían de las pantallas.
Y ya se sabe: ¿qué es Calderón sin la imagen?
Televisa, la empresa de Emilio Azcárraga, y su similar Televisión Azteca, del confeso golpista Ricardo Salinas Pliego, actuaron como terroristas al amenazar con dinamitar los comicios, y los consejeros y políticos se asumieron como cobardes para enfrentar esa afrenta, que ya marcó este proceso electoral.
El resultado está más que claro: el IFE es ya parte de la añagaza democrática en la que el duopolio televisivo es amo y son súbditos los miembros de la decadente clase política.
Apuntes
Los ardorosos defensores de la legalidad y la democracia, como el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) y la Coparmex, así como ideólogos de la talla de Enrique Krauze, seguramente harán un contundente pronunciamiento en defensa de la aplicación de la ley a las televisoras. Claro, si la lógica de los negocios no dispone otra cosa.
jueves, 12 de febrero de 2009
lunes, 9 de febrero de 2009
domingo, 8 de febrero de 2009
LOS TRES CÍNICOS COMPADRES
Tres sinvergüenzas
Álvaro Delgado
MÉXICO, DF, 2 de febrero (apro).- Aunque el habitual comportamiento de Vicente Fox le da condición de charlatán y engañabobos, sin soslayar evidencias de corrupción, mal se haría en tomar a chacota su más reciente confesión sobre su sexenio y que explica por qué incumplió su promesa, una de tantas, de reformar la Constitución para enjuiciar políticamente a los presidentes de la República.
Reunido con alcaldes del Partido Acción Nacional (PAN), en Querétaro, Fox sumó otra de sus memorables declaraciones sobre su desastrosa gestión gubernamental y su intervención en las elecciones del 2006 al confesar que delegó la Presidencia de la República durante los seis años y recomendó a los ediles hacer lo mismo.
“ Ustedes, estos seis meses, tienen que andar en la calle, no en el escritorio, no en la oficina. Ahí encárguenle a alguien la oficina. Yo encargué por seis años la oficina ahí en Los Pinos a alguien. Muy poco tiempo estuve ahí”, dijo Fox, quien aconsejó a los alcaldes panistas involucrarse en las campañas electorales.
“Por favor, no tengan miedo de pasárselas (las encuestas) al abanderado del PAN. Con tres días que salgan, y me parecen pocos, a la semana, que salgan a la calle a estar con la gente, van a escuchar qué es lo que tenemos que darle a esos ciudadanos para que nos brinden su confianza.”
Con tal proclama, Fox reconoce que incurrió en por lo menos tres conductas graves, una de ellas claramente ilegal:
La primera tiene que ver con la delegación de su deber constitucional de presidente de la República, que es unipersonal e intransferible, y que él mismo se encargó de dividir en dos el cargo cuando afirmó que, junto con Marta Sahagún, formaba la “pareja presidencial”. Ahora ratifica que a ella “encargó” no la custodia física del inmueble de Los Pinos, sino la conducción misma del gobierno federal.
Aunque, claro, cuando la señora se avocaba a los grandes negocios y los de sus muchachos, los hermanos Bribiesca Sahagún, el todopoderoso del gobierno federal era Ramón Muñoz Gutiérrez, jefe de la Oficina de la Presidencia para la Innovación Gubernamental, el que dotaba de opio a Fox mientras colocaba a todo un ejército de fanáticos de El Yunque en toda la estructura gubernamental.
La segunda falta derivada de esa declaración es la conducta facciosa que desplegó desde el proceso que derivó en el desafuero de Andrés Manuel López Obrador como jefe de Gobierno del Distrito Federal para inhabilitarlo como candidato presidencial y que, por la presión social, se debió desistir, aunque en las elecciones del 2006, como él mismo reconoció en 2007, se desquitó.
Y ese desquite tiene que ver con su decisiva participación en el campo electoral durante todo el proceso del 2006, obviamente después que dejó encargado el gobierno. “ Muy poco tiempo estuve ahí”, dijo a los alcaldes, a quienes los alentó a incurrir en delito.
En efecto, cuando recomienda a los alcaldes no sólo delegar su cargo y responsabilidades para hacer proselitismo aun en días y horario laboral, sino inclusive en hacer encuestas financiadas con recursos públicos --jamás dijo que debían ser pagadas de su bolsillo-- para entregárselas a los candidatos del PAN, Fox es promotor de la ilegalidad, algo que ya expresamente había recomendado a los diputados locales, en octubre, recurrir a las rendijas legales.
“Hay otras ideas geniales como es partirle el queso a López Obrador”, dijo Fox en esa reunión celebrada en Monterrey, en su carácter -no hay que olvidarlo-- de miembro del Comité de Estrategia del CEN del PAN, nombramiento que le extendió Germán Martínez, presidente de ese partido, como parte de un plan para “guanajuatizar”; todo México.
La confesión de Fox ante los alcaldes del PAN no debe ser vista, entonces, como una ocurrencia, sino una expresión deliberada que forma parte de la estrategia para activar en todo el país la simbiosis partido-gobierno, como el uso de los programas gubernamentales con fines proselitistas que ya ha sido convalidada por el Instituto Federal Electoral (IFE).
Fox dice lo que Felipe Calderón y el propio Germán Martínez sólo murmuran, pero en lo que están perfectamente de acuerdo.
Apuntes
Se trata, en efecto, de una burla: Ernesto Zedillo y Felipe Calderón, los artífices del mayor saqueo impune en la historia de México, el Fobaproa, se regodean con chistoretes y departen, frívolos, en Davos, Suiza. Ya era de sobra conocido el descomunal costo del rescate bancario derivado del colapso financiero de 1994, pero Zedillo, a quien nadie le puede negar conocimiento del caso en tanto que fue su principal operador, ha dicho que es equivalente al 20% del producto interno bruto. La cifra actual es de alrededor de 800 mil millones de pesos, y que cada año --como este 2009-- se deben destinar aproximadamente 50 mil millones de pesos sólo para el pago de intereses... ¿Es mucho o es poco? Compare: los partidos políticos recibirán este año, para campañas y gastos ordinarios, 3 mil 600 millones de pesos. Es una cantidad 15 veces mayor a lo que se gastará en este proceso electoral. En este saqueo hay responsables: Zedillo, que era presidente de la República, y Calderón como presidente del PAN, pero también Fox, quien inclusive apareció en spots hablando de las bondades del rescate bancario, del cual fue también favorecido. Es decir, el Fobaproa vive...
Álvaro Delgado
MÉXICO, DF, 2 de febrero (apro).- Aunque el habitual comportamiento de Vicente Fox le da condición de charlatán y engañabobos, sin soslayar evidencias de corrupción, mal se haría en tomar a chacota su más reciente confesión sobre su sexenio y que explica por qué incumplió su promesa, una de tantas, de reformar la Constitución para enjuiciar políticamente a los presidentes de la República.
Reunido con alcaldes del Partido Acción Nacional (PAN), en Querétaro, Fox sumó otra de sus memorables declaraciones sobre su desastrosa gestión gubernamental y su intervención en las elecciones del 2006 al confesar que delegó la Presidencia de la República durante los seis años y recomendó a los ediles hacer lo mismo.
“ Ustedes, estos seis meses, tienen que andar en la calle, no en el escritorio, no en la oficina. Ahí encárguenle a alguien la oficina. Yo encargué por seis años la oficina ahí en Los Pinos a alguien. Muy poco tiempo estuve ahí”, dijo Fox, quien aconsejó a los alcaldes panistas involucrarse en las campañas electorales.
“Por favor, no tengan miedo de pasárselas (las encuestas) al abanderado del PAN. Con tres días que salgan, y me parecen pocos, a la semana, que salgan a la calle a estar con la gente, van a escuchar qué es lo que tenemos que darle a esos ciudadanos para que nos brinden su confianza.”
Con tal proclama, Fox reconoce que incurrió en por lo menos tres conductas graves, una de ellas claramente ilegal:
La primera tiene que ver con la delegación de su deber constitucional de presidente de la República, que es unipersonal e intransferible, y que él mismo se encargó de dividir en dos el cargo cuando afirmó que, junto con Marta Sahagún, formaba la “pareja presidencial”. Ahora ratifica que a ella “encargó” no la custodia física del inmueble de Los Pinos, sino la conducción misma del gobierno federal.
Aunque, claro, cuando la señora se avocaba a los grandes negocios y los de sus muchachos, los hermanos Bribiesca Sahagún, el todopoderoso del gobierno federal era Ramón Muñoz Gutiérrez, jefe de la Oficina de la Presidencia para la Innovación Gubernamental, el que dotaba de opio a Fox mientras colocaba a todo un ejército de fanáticos de El Yunque en toda la estructura gubernamental.
La segunda falta derivada de esa declaración es la conducta facciosa que desplegó desde el proceso que derivó en el desafuero de Andrés Manuel López Obrador como jefe de Gobierno del Distrito Federal para inhabilitarlo como candidato presidencial y que, por la presión social, se debió desistir, aunque en las elecciones del 2006, como él mismo reconoció en 2007, se desquitó.
Y ese desquite tiene que ver con su decisiva participación en el campo electoral durante todo el proceso del 2006, obviamente después que dejó encargado el gobierno. “ Muy poco tiempo estuve ahí”, dijo a los alcaldes, a quienes los alentó a incurrir en delito.
En efecto, cuando recomienda a los alcaldes no sólo delegar su cargo y responsabilidades para hacer proselitismo aun en días y horario laboral, sino inclusive en hacer encuestas financiadas con recursos públicos --jamás dijo que debían ser pagadas de su bolsillo-- para entregárselas a los candidatos del PAN, Fox es promotor de la ilegalidad, algo que ya expresamente había recomendado a los diputados locales, en octubre, recurrir a las rendijas legales.
“Hay otras ideas geniales como es partirle el queso a López Obrador”, dijo Fox en esa reunión celebrada en Monterrey, en su carácter -no hay que olvidarlo-- de miembro del Comité de Estrategia del CEN del PAN, nombramiento que le extendió Germán Martínez, presidente de ese partido, como parte de un plan para “guanajuatizar”; todo México.
La confesión de Fox ante los alcaldes del PAN no debe ser vista, entonces, como una ocurrencia, sino una expresión deliberada que forma parte de la estrategia para activar en todo el país la simbiosis partido-gobierno, como el uso de los programas gubernamentales con fines proselitistas que ya ha sido convalidada por el Instituto Federal Electoral (IFE).
Fox dice lo que Felipe Calderón y el propio Germán Martínez sólo murmuran, pero en lo que están perfectamente de acuerdo.
Apuntes
Se trata, en efecto, de una burla: Ernesto Zedillo y Felipe Calderón, los artífices del mayor saqueo impune en la historia de México, el Fobaproa, se regodean con chistoretes y departen, frívolos, en Davos, Suiza. Ya era de sobra conocido el descomunal costo del rescate bancario derivado del colapso financiero de 1994, pero Zedillo, a quien nadie le puede negar conocimiento del caso en tanto que fue su principal operador, ha dicho que es equivalente al 20% del producto interno bruto. La cifra actual es de alrededor de 800 mil millones de pesos, y que cada año --como este 2009-- se deben destinar aproximadamente 50 mil millones de pesos sólo para el pago de intereses... ¿Es mucho o es poco? Compare: los partidos políticos recibirán este año, para campañas y gastos ordinarios, 3 mil 600 millones de pesos. Es una cantidad 15 veces mayor a lo que se gastará en este proceso electoral. En este saqueo hay responsables: Zedillo, que era presidente de la República, y Calderón como presidente del PAN, pero también Fox, quien inclusive apareció en spots hablando de las bondades del rescate bancario, del cual fue también favorecido. Es decir, el Fobaproa vive...
viernes, 30 de enero de 2009
LA "LIBERTAD DE EXPRESIÓN" DE LA DERECHA
Excélsior, 29 de enero de 2009
Los periodistas, víctimas de la “justicia”
Humberto Musacchio
Humberto Musacchio
En los últimos años los periodistas están expuestos a agresiones criminales que han dejado por todo el país un reguero de comunicadores muertos. Pero ahora se enfrentan a otra amenaza: la de gente con poder que, con la complicidad de jueces a modo, combate a quienes ejercen y entienden el periodismo como un servicio a la sociedad. Los casos abundan.
Zeferino Torreblanca, gobernador de Guerrero, niega publicidad al diario acapulqueño El Sur, cuyo único delito fue revelar el turbio manejo de dineros públicos a favor de la parentela del Ejecutivo local, misma que, con su poderoso pariente detrás, tiene demandados a varios periodistas de ese órgano informativo.
Por su parte, Gerardo Sosa Castelán, el cacique de la universidad pública hidalguense, procedió por vía judicial contra Alfredo Rivera Flores, autor del libro La Sosa nostra, contra Miguel Ángel Granados Chapa, que escribió el prólogo, y contra el editor, el diseñador y hasta el fotógrafo que hizo el retrato del autor que aparece en la contraportada, lo que además de ser un atentado a la libertad de expresión constituye una ridícula desmesura a la que tuvo la desvergüenza de dar entrada un juez sin escrúpulos ni conocimiento del derecho. El juez que lleva el caso absolvió a Granados Chapa y otros acusados, pero condenó a Rivera Flores, lo que despide un fuerte tufo a cloaca.
Eduardo Huchim, reconocido hombre de prensa con muchos años en el oficio, denunció en la revista Emeequis de esta semana que Consuelo Villalobos Ortiz, magistrada del Tribunal Federal de Justicia Fiscal y Administrativa, demandó por daño moral a él y a los colegas Rubén Lara León, Luis Soto, Abel Barajas, Víctor Fuentes y hasta a Fray Bartolomé, que aparece como firmante de la columna Templo Mayor del diario Reforma (advertida del ridículo, la magistrada optó por desistirse de la demanda contra este seudónimo colectivo). El pleito de la señora es porque los compañeros mencionados han informado sobre irregularidades en adquisiciones y servicios de tres edificios del citado Tribunal, por lo que ya se han iniciado procedimientos de responsabilidad contra ocho colaboradores de la magistrada, quien —escribió Huchim basado en lo dicho por Lara León— ha “recuperado poder e influencia en ese tribunal” desde la salida de Luis Malpica y de Lamadrid, quien era su presidente.
Hace unos días, Miguel Badillo, director de la revista Contralínea, fue detenido por la Policía Bancaria, que sin estar autorizada legalmente ejecutó una orden de aprehensión expedida por un juez de Jalisco, en tanto que Ana Lilia Pérez Mendoza, reportera de esa publicación, tuvo que ocultarse ante el peligro de ser llevada a la cárcel. ¿Su delito? Un reportaje según el cual Juan Camilo Mouriño firmó contratos con Pemex cuando era diputado federal y aun después, siendo funcionario del Poder Ejecutivo Federal, lo que está debidamente documentado.
La reportera denunció “acoso, amenazas, persecución y represión” por parte de Mouriño, de Felipe Calderón Hinojosa y de César Nava, entre otros funcionarios, como Carlos Ramírez Fuentes, gerente de Comunicación Social de Pemex, quien le espetó: “Les va a costar caro lo que le hicieron a Juan Camilo”. Para que no quedaran dudas sobre el inmenso poder al que se enfrentan los colegas, la Fiscalía Especializada para la Atención de Delitos contra Periodistas de la PGR, contrariando expresamente la finalidad para la que fue creada, sometió a Ana Lilia a un examen sicológico, pues ésta había presentado una queja contra el entonces secretario de Gobernación, por lo que seguramente esa fiscalía la consideró desquiciada, loca, pues cómo se le ocurre…
Pero el trabajo más sucio le tocó efectuarlo al empresario gasero Jesús Zaragoza López, quien en dos entrevistas que están debidamente grabadas aceptó que estuvo en tratos con Felipe Calderón cuando éste fue secretario de Energía y admitió que durante la campaña del mismo político como candidato panista a la Presidencia de la República le aportó dinero, lo que puede ser interpretado como pago de favores o tráfico de influencias.
Como Contralínea publicó tan comprometedoras declaraciones, el señor Zaragoza demandó a la revista, a su director y a su reportera por daño moral, proceso que se desenvolvió con celeridad, tal vez porque alguien aceitó como se acostumbra la maquinaria judicial. Zaragoza abrió otros dos juicios contra los informadores y —cuenta Badillo— amenazó con que cada una de sus decenas de empresas procedería judicialmente contra los mismos periodistas, en el entendido de que él dispone de abogados, relaciones con los poderosos y mucho dinero para hacer la vida imposible a los colegas, quienes, agobiados por la necesidad de ganarse la vida, ni de lejos tienen el tiempo ni los recursos para hacerle frente a un abuso concertado entre particulares, jueces y autoridades federales.
En fin, lo que está en juego es la libertad de expresión tanto como el derecho de los ciudadanos a estar informados. Pero nos vamos a defender de los abusos. Que no quepa la menor duda.
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